Si bien es cierto que el enamoramiento empieza con la atracción física, o la admiración hacia una persona, también es cierto que el amor se cultiva.
El amor es una decisión que se toma ya sea de forma personal o mutua, con mucha responsabilidad, sabiendo que el amor no daña, el amor enseña, el amor persona, el amor ilumina.
Muchos confundimos el amor con esa magia de cuentos de hadas, pero no es más que un espejismo, no es más que un idealismo que la sociedad ha creado en nuestra mente por siglos.
El amor es conocer el espíritu de la persona, su esencia, su ser. Entender que la persona con toda su esencia viene a complementarnos, jamás a ser como nosotros queremos que sea, es aceptarlo tal como es, sin cambiarla. ¿Por qué digo complementar? ya que está de moda decir que todos somos seres completos y que nadie viene a complementarnos (frase de mujeres empoderadas); lo digo porque siempre hay algo que aprender de nuestras parejas, por ejemplo en mi caso vino a enseñarme la tolerancia y la paciencia, vino a enseñarme lo que es la paz y la armonía, algo que me hacía falta aprender y que fue complementando mi ser.
Es amor es muchas cosas, tan reales, tan normales y tan palpables que por culpa de las mariposas en el estómago fuimos idealizándolo y perdiendo su verdadero sentido.