Puede que hayas soñado con él toda la vida o no, pero es innegable que el día de tu boda será uno de los más esperados. Después de todo el tiempo que has invertido planeándolo, coordinándolo y ultimando detalles, es completamente normal que tu cabeza y tu corazón sean una gran combinación de emociones, y créenos, pasarás por todas ellas.
La noche anterior al gran día apenas podrás dormir y lo más probable es que al día siguiente te despiertes a primera hora. No verás la hora de llegar al salón y comenzar a arreglarte para saber que finalmente llegó el momento. Disfruta cada instante, es único.
Nervios
¿Está nublado? ¿Qué pasa si llueve? ¿Ya habrán llegado mis amigas? ¿No olvido nada? Te sentirás inquieta, repasarás en tu mente la lista de pendientes que tenías por cumplir para asegurarte de no haber olvidado absolutamente nada, algunas veces dudarás si hiciste algo o no. Relájate, respira profundo y confía en que todo saldrá bien.
Estrés
Los retrasos y contratiempos son normales, las personas que se dedican a bodas son unos expertos en resolverlos así que no dejes que estos pequeños detalles te quiten la paz. Si de pronto te encuentras con algo en la decoración, el arreglo o el evento no es lo que esperabas, déjalo en manos de tu wedding planner, no es momento para que tú te pongas a solucionarlo.Deja ir y ten en mente que las cosas nunca resultan exactamente como las planeas, pero esto no significa que sea menos espectacular.
Miedo
Es normal sentir inseguridad hacia lo que no conocemos, el cambio asusta y tu vida está a punto de dar un giro de 360º. Seguramente te sudarán las manos y sentirás un hueco en el estómago a medida que te acercas al lugar en el que se celebrará la ceremonia, pero sobre ese miedo que sientes, reina la alegría y la seguridad de tu decisión.
Seguridad
¡Eres una diosa! Te ves hermosa y lo sabes, eres la protagonista del día. Cada paso hacia el altar lo das con firmeza y en el momento en el que te veas rodeada de tus seres queridos mirándote fijamente con una sonrisa en la cara y al amor de tu vida esperándote al final del pasillo, sabrás que has tomado la decisión correcta y lo volverías a hacer cien veces más.
Emoción
¿Hace falta decir más? Es EL día.
Alegría
Muchos te dirán que te dolerá la cara de tanto sonreír para las fotos, lo cierto es que esa sonrisa no sólo es para las fotos, es completamente natural. Todas esas personas que estimas tanto están ahí por ti, ¿qué podría hacerte más feliz?
Amor
Te sentirás más enamorada que nunca, has cumplido el sueño de toda persona: encontrar al amor de tu vida y estar a su lado. Él también estará viviendo uno de los días más especiales de su vida y verlo con toda esa felicidad reflejada en su rostro, te hará recordar todas las razones por las que lo amas. Mirar en sus ojos y darte cuenta que ese amor es correspondido te dará una de las mayores satisfacciones de tu vida.
Agradecimiento
Pararás por un minuto, verás a tu alrededor y te darás cuenta de lo afortunada que eres. Te sentirás agradecida con tus amigos, agradecida con tu familia, agradecida con tu esposo, ¡agradecida con la vida! Tú mereces toda esa felicidad que estás sintiendo en ese moemento.
Satisfacción
En el momento en el pongas un pie en la locación y veas todas tus ideas materializadas, sabrás que todos esos meses de desvelo y planeación valieron la pena. Cuando recibas el primer comentario sobre lo linda que fue tu boda, te llenará de alegría y aunque respondas un "gracias" con humildad, en el fondo pensarás "sí, sí lo fue, ¡fue inreíble!".