Cuando la novia hace su entrada triunfal en la iglesia y comienza su paseo entre los presentes hacia el altar, todas las miradas enfocan cada detalle de su atuendo. Entre esos detalles, no pasa nunca desapercibido el bouquet que lleva en sus manos. Incluso algunas solteras estarán pensando si vale la pena o no lanzarse al ruedo para ganárselo.
La boda ideal es aquella que se parece a los novios y el bouquet forma parte esencial de ese conjunto de elementos que define y diferencia a cada novia. Por eso, una manera de hacer más fácil la elección del diseño y de las flores que llevará este arreglo es basarse en las características personales de cada una de ellas.
1 LA NOVIA CLASICA. Es la novia que está apegada a la tradición. Tiene gustos sobrios y por eso su boda pecará de todo menos de inelegancia. La clave para esta novia es la pureza y el equilibrio, por lo que no tenderá a irse por decoraciones muy recargadas ni elementos exóticos. Los bouquet preferidos por estas novias pueden incluir rosas blancas que además de ofrecer un riquísimo aroma, no las deja mal porque estas flores se ven bien en cualquier espacio.
2 LA NOVIA ROMÁNTICA. Esta novia es la que de pequeña soñaba con casarse en un traje inspirado en algún cuento de hadas. Tiende a darle mucha importancia a los pequeños detalles y se siente a gusto entre diferentes texturas, colores y tamaños. Para ellas, mientras más grande es el bouquet más significado tiene. Por ejemplo, algunas preferirían utilizar astromelias, con rosas, con orquídeas y lirios acompañados de mucho relleno verde y blanco. Sería un ramo muy pesado de llevar, pero para ellas esa noche todo lo vale.
3 LA NOVIA MODERNA. Es una novia que sigue las tendencias actuales de la moda. Hoy en día, debido a la diversidad de ofertas en el mundo del diseño, las novias modernas pueden elegir un estilo minimalista o, por otro lado, un estilo muy relajado de tipo playero. La clave para la novia minimalista es la fusión entre la geometría y el contraste, por lo que preferirá un bouquet de colores fuertes como el rojo o el púrpura o un sencillo arreglo de calas blancas amarradas con rafia.
Aunque la boda no se realice de día ni en la playa, aquella novia que tiene un estilo más relajado le dará importancia a la variedad de colores y a la sensación de frescura y amplitud que inspire su bouquet. Por eso, para ellas, las gerberas pueden ser la opción. Estas flores pueden conseguirse en variados y alegres colores y se pueden incluso combinar con los vestidos de las chicas del cortejo.
4 LA NOVIA VANGUARDISTA. Es la antítesis de la novia clásica. Tiene un estilo propio y quiere propagarlo a los cuatro vientos el día de su boda. No hay muchos límites en este tipo de bodas, ya que la clave para esta novia es impregnar de su personalidad todos los detalles de la celebración.
Para incluir exotismo y elementos menos convencionales, estas novias preferirían, tal vez, un ramo de nardos deshijados acompañados son ramas de romero, como el que se usa en la cocina. Un nutrido bouquet que aportará belleza y aroma al paso de la novia.
Las novias que destilan sensualidad suelen escoger flores de formas sugerentes. Nuestra flor nacional, la orquídea en su amplia variedad de colores y tipos, cumple con esta misión. Su extraordinaria belleza le otorga elegancia a cualquier novia en cualquier forma de presentación, aunque debemos reconocer su alto costo.
Todos los especialistas coincidirán en que existe una gama extensa de opciones para llevar al altar. Cualquiera quedará estupendamente, lo importante es que vaya acorde con el tema de la noche y se vea alineado tanto con el atuendo de la novia como con su forma de ser.