La tradición dice que debe celebrarse en casa de la novia, aunque esta costumbre ha ido variando, y no es extraño celebrarlo en restaurantes o fincas al aire libre.
El acontecimiento es preferiblemente íntimo y familiar, y de un círculo muy cerrado, en principio sólo deberán asistir los padres, hermanos y los futuros novios.
La ceremoniaEs habitual, que el novio envíe por la mañana un ramo de flores a la casa de la novia, la tradición dice que deben ser de rosas blancas para seguir la costumbre al pie de la letra.
Es altamente recomendable que el novio lleve algún detalle a los padres de la novia, ya sea un centro de flores para amenizar la velada o alguna botella de vino o champagne para complementar la comida.(En mi caso yo le llevé un arreglo floral a mi suegrita y un Champagne que lo llevé desde Lima, porque la pedida fue en Ayacucho).
Son los novios los encargados de ir presentando a las dos familias. El padre del novio dirá unas palabras a los padres de la novia, antes de empezar la cena. Si la petición es alrededor de una mesa, entonces los padres de la novia son los que presiden el acto y los novios se colocan en sus respectivas derechas (la madre del novio a la derecha del padre de la novia, y el padre del novio a la derecha de la madre de la novia).
El novio tendrá unas palabras para los padres de la novia. Es un buen momento para socializar entre las familias. Una vez que el Padre de la novia de su consentimiento del noviazgo el novio procederá a colocar el anillo de compromiso a la novia, si desea puede decir unas palabras.
Para culminar el Padre de la novia agradecerá por la reunión y se hará un brindis por los futuros esposos.
Los regalos
Para la novia, lo más clásico es regalar el llamado "anillo de compromiso", la tradición dice que hay que regalar algo que perdure en el tiempo como la futura relación, también esta la opción de regalarle cualquier tipo de bisutería, como pueden ser unos pendientes o un collar que la novia los lucirá en ocasiones importantes.
Para el novio, el regalo más habitual es un reloj, o en segunda opción unos gemelos, pero si no queremos dejarnos llevar sólo por la tradición, la novia que conoce todos los gustos de su prometido puede salirse del guión y regalarle algo que le despierte especial ilusión.